Mi música****

miércoles, 20 de mayo de 2009

Capítulo 3- La mansión

Me desperté y abrí perezosamente los brazos. Bostecé e intenté frotarme la cara, no pude.
Cuando me miré las manos para encontrar el obstáculo me di cuenta de que tenía las manos y los pies atados con gruesas cuerdas.
Entonces la realidad me golpeó, recordé todo lo ocurrido; como me había perdido, como me había dejado llevar por la inconsciencia y… la extraña silueta de un chico.
Me alarmé y empecé a tironear las cuerdas, no pasó mucho tiempo hasta que me di cuenta de que era inútil, quien me había atado se había asegurado de hacerlo a conciencia.
Quien me había atado,…
¿Sería aquel chico?
Pensé en gritar, pero nadie me oiría, además tenía una mordaza en la boca.
Empecé a darme cuenta de la gravedad de la situación; estaba atada, amordazada, en una mansión abandonada, con un bosque alrededor (que aseguraba que no podría encontrar la carretera, suponiendo que me escapase).
Aquello era genial, sencillamente genial.
La habitación era de estilo moderno y tenía una mesa con un…
¡Espera un momento, de estilo moderno!
Como se suponía que había llegado hasta allí un televisor, un ordenador y unos alógenos si la casa no estaba habitada… la cosa se estaba poniendo cada vez peor. Tenía que encontrar una salida. Me volteé para buscarla y me encontré con que solo había una puerta y una ventana.
La puerta estaba cerrada, seguro, así que su única salida era la ventana. Esta estaba cubierta con unas maderas y una cortina, solo podías saber que era una ventana por la luz que se escapaba entre los bordes.
Con mucha dificultad logré levantarme sin hacer apenas ruido (por si el secuestrador estaba cerca) y me dirigí a la puerta, por probar no perdía nada.
Di un suspiro de decepción, totalmente cerrada. Me incliné y miré por el hueco de la llave, lo que vi fue aterrador, un chico moreno, musculoso y alto, y tenía un vaso con un líquido rojo en las manos. Y eso no era lo más aterrador, él tenía la boca manchada de rojo y unos colmillos demasiado largos.
Vampiro, fue lo primero que vino a mi mente.
Congelada, me obligué a apartarme de la puerta e intentar abrir la ventana sin hacer ruido. Actuando como una autómata y sin permitirme pensar de verdad en lo que vi, pase una pierna por la ventana y luego la otra. Había tenido algo de suerte después de todo, estaba en el piso de abajo y no en el de arriba, pensé.
Anduve con mucho cuidado para no hacer ruido, como el tío ese me encontrase ahora la tenía clara.
Cuando perdí de vista la casa me senté y me desaté las cuerdas y la mordaza, me quedaron varios raspazos y cortes, por lo rápido que me las quité; pero yo no estaba dispuesta a quedarme allí ni un minuto más.
De repente me acordé de que si yo no llevaba algo de la casa iba a perder el reto, pero eso no era lo que me alarmaba, lo importante era que si no ganaba alguien iba a venir aquí para ser el ganador.
¡No puedo permitir eso!, pensé. Pero tampoco puedo volver ahí.
Me acordé del abrecartas que sujetaba con mi mano, lo había cogido por si necesitara defenderme, era antiguo y afilado; serviría.
Recé por no perderme y, después de muchas vueltas, logré encontrar la carretera.
Suspiré de alivio y empecé a caminar hacia el pueblo.
Eran aproximadamente las 8 o las 9. Pensé en lo que le iba a decir a mi madre, no sabía por que, no quería contarle lo que pasó; mi instinto me decía que contárselo a otros solo lo haría peor. Y yo había aprendido que me instinto raras veces se equivocaba.
Avisté el pueblo en una media hora tres cuartos, pues había ido corriendo.
Mientras iba hacia mi casa ensayé lo que le iba a contar a mamá:
-Mamá, ayer llegué muy tarde eran las 2 o las 3 de la mañana porque no me fue fácil salir de la mansión, ya sabes, mi ansia aventurera. Hoy me levanté temprano y fui a correr antes de que te despertaras.( eso era creíble puesto que estaba sudando y tenía las majillas ardiendo de la caminata)
Abrí la puerta y me encontré a mi madre desayunando. Le conté la histori que me había inventado y, para mi sorpresa, coló sin problemas. Mi madre no se había quedado hasta tarde esperándome pues pensó que yo iba a llegar tarde.
Me preparé, cogí el puñal lo metí en mi mochila y fui para el colegio.

PD: Chic@s no se pierdan el capítulo 4 y 5 por que van a estar de lo más emocionantes. Estén atentas.

1 comentario:

  1. a historia no es aburrida,,,podria deir que es interesante,,,"tal vez prometa algo?" solo qu podrias hacer los cap, mas largos, es que estan demasiados cortos, y si digo demasiado , es por que es asi,,,,, peo igual estu historia ,,asi que esperare el nex cap,,,,,piensalo????? bye

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