Mi música****

domingo, 24 de mayo de 2009

Continuación del Capítulo 4

-¡Déjame!- grité.
Cuando quise darme cuenta yo estaba con la espalda contra la pared y con su mano en mi boca, impidiéndome gritar.
Traté de debatirme, pero me tenía completamente inmovilizada.
Dejé de moverme y lo miré bien: era un chico alto, con la piel morena, musculoso, un rebelde pelo castaño y unos penetrantes ojos negros.
No pude hacer más que mirarle, yo ya lo había visto antes, en la mansión, pero había estado tan concentrada en el líquido rojo que bebía que no me había fijado en su atractivo.
-Lo siento- dijo él de repente, y para mi sorpresa, me soltó.
Quería preguntarle si fuera él quien puso el veneno en el zumo que se había bebido María, pero, simplemente; mi cuerpo no me obedecía.
-Antes de que digas nada…- se paró abruptamente y miró a los lados, rígido.
-¿Qué pasa?- pregunté, inquieta.
-Tenemos que irnos de aquí, este lugar no es seguro- dijo. Lo miré de arriba a bajo, parecía hablar en serio.
Antes de que pudiera exigirle una explicación me cogió del brazo y me halo detrás de él.
-Permanece detrás de mi y, para tu seguridad, no te metas en medio- ordenó.
Asentí, no me iba a poner a discutir con él.
Sin aviso alguno, una criatura grande, peluda y negra, que se parecía bastante a un lobo gigante, saltó en frente de nosotros.
Después de eso todo pasó muy rápido. La bestia se abalanzó sobre mi mostrando los dientes, pero ``el chico ´´ (tenía que preguntarle como se llamaba) fue más ágil y lo empujó lejos.
``El chico ´´ le gruñó al lobo gigante y este retrocedió. No lo culpaba, aquel sonido gurutal habría podido espantar al más grande de lo monstruos. Me alegraba de que no estuviera dirigido a mí.
Espera un momento, ¿Gruñó? ¿Él gruñó?
Me acordé de lo que había visto en la mansión.
Ahora ya no tenía ninguna duda, era un vampiro.
La pelea acabó con la huida de, debería añadir, su cobarde adversario.
Él se volteó hacia mí y me dedicó una brillante sonrisa, con colmillos incluidos.
-Perdona, la interrupción- se disculpó.- Estaba diciendo que tenía que hablar contigo pero este no es el lugar adecuado…
-¿Cómo te llamas?- solté.
-Alex- contestó después de una pausa.- Y tu debes de ser Fany, ¿no?
Asentí.
-¿Qué quieres?- le pregunté directamente.
-Pues hablar, ya te lo dije, vas a tener que acompañarme a mi casa. Pero tranquila, no voy a acerte daño.
Yo le lancé una mirada desconfiada, pero le seguí hasta un lujoso coche, un Mercedes, creo.
Una media hora estábamos en la mansión.
Aquí empieza o acaba mi aventura, pensé.

3 comentarios:

  1. tienes que seguir con la istoriaa!!

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  2. oyeeeeeeee y k paso ,,,,,ahi acaba???? no seas mala,,,me gusta tu historia, anda y continuala, por fis!!!!!!!!!!

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  3. vale corto pero esa entrada me a encantado jaja

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