Mi música****

domingo, 12 de septiembre de 2010

Capítulo 2- 2º parte

-Verás Fany, no creo que puedas volver a Estados Unidos. No de momento.
-¿Por que? ¿Ha pasado algo?- pregunté preocupada.
-Es mejor que no sepas mucho, pero basicamente lo que ocurre es que los renegados están juntandose y reuniéndose para atacar a Eidrien y a El consejo.
-Algo como.. ¿una revolución?
-Exacto.
Empecé a especular sobre los motivos por los que los renegados podrían querer desarfiarlos y al momento me di cuenta, era bastante obvio. De hecho el simple fator de que fueran renegados daba bastantes pistas. Querían alimentarse de humanos libremente, sin que nadie les diera caza, que era lo que actualmente hacia Eidrien y su "gente".
-Si, nosotros tambien llegamos a la misma conclusión.-dijo David.
Oh... esto empezaba a resultar irritante... es que nadie en este extraño mundo sabía lo que significaba la palabra "intimidad".
-No, en realidad no. Es una costumbre para los que, como Eidrien y yo, tenemos la capacidad de leer el pensamiento.
¿No me digas?...
-Si te digo- respondió él burlón.
-Bueno, ya está bien , ¿no?
-Si te quedas más tranquila, desde ahora mismo solo yo puedo por que acabo de ponerte una protección. Es peligroso que alguien se entere de lo que acabo de decirte.
-¿Eso significa que nadie lo sabe?
-Solo la élite y, de momento,queremos que siga así. No queremos alarmar a nadie.
A mi me parecía que era para alarmarse pero supuse que ellos ya habían suprado situaciones peores y que yo, al fin y al cabo, no sabía nada de como gorbernar.
Dejé ese tema y me pregunté donde iba a ir si ya no era seguro ir junto a Eidrien.
-Iremos a Roma. Es demasiado peligroso quedarse en España puesto que los que te secuestraron supondrán que aún estás aquí y tratarán de encontrate.
Roma... siempre había querido ir allí. Había leido tanto de aquella ciudad y de su pasado que pensar en ver todos sus momnumentos en persona era una idea muy atrayente...
-Yo iré contigo, aparte de unos cuantos vampiros más, así que estarás segura. Respecto a lo de los monumentos, tengo que decirte que la mayoría del tiempo estaremos en una casa que tiene Eidrien allí...
Yo le dirigí una mirada de perrito degollado.
-... pero supongo que no pasará nada por dar una vuelta por la ciudad.- acabó con un tono resignado.
Aquello me pareció bastante gracioso y le dirigí una sonrisa.
Él puso los ojos en blanco y se dió la vuelta, pero pareció acordarse de algo y volvió a mirarla.
-Ah, si, Isabel y Pedro han solicitado que les dejen acompañarte a Roma para protegerte. Eidrien ha recibido la propuesta y ha decidido que sería bueno que estuvieras con alguien a quien conocieras y puesto que son dos de los seres más poderosos que tiene El consejo en España le pareció que era apropiado que te acompañaran.
Aquella noticia me algeró mucho, por que aunque los avabara de conocer le habían caido muy bien. Y como David tambien le parecía majo, intuyó que aquel viaje iba a ser, por lo menos, agradable.
-¿Te parezco majo?- preguntó. Intenté detectar ironía en su tono, pero parecía realemnte asombrado.
-Bueno, tu dirás, ¿no? eres tu el que lee la mente.- dije en broma.
-Supongo- dijo con una media sonrisa.-Bueno, acompañame al hall, allí te están esperando Isa y Pedro. Según tengo entendido tienes una maleta en el hotel en el que estabas ¿no?
-Ajá.
-Pasareis por allí a recogerla e ireis a un edificio protegido por nuestros Wyrms.
Fruncí el ceño ante el nombre poco familiar para mi.
-Un Wyrm es una especie de soldado de élite, son muy poderosos y están entrenados para luchar en cualquier situación. Hay de todo tipo; hombres lobo, vampiros, hexes,... De hecho, los mismos Pedro e Isabel son Wyrms.
Mmm.. interesante... así que ellos tambien tenían algo parecido a un ejercito. No pude evitar pensar que su sociedad no era tan diferente a la nuestra, solo que un poco antiquada, pues la monarquía había sido abolida ya y sustituida por la democracia.
Seguí a David hacia el ascensor y me pregunté si los hombres que estaban con él antes eran Wyrms. Probablemente.
Hicimos todo lo que David dijo y cuando acabamos ya era la 1 de la mañana y estaba tan cansada que no le di importancia cuando al salir del coche Pedro me cogió en brazos y me llevó hasta la habitación que iba a ocupar. Me dejó sobre mis pies y me dijo que me cambiara y que me fuera a dormir, que ellos se quedarían en las otras habitaciones. Cuando dijo esto supuse que estabamos en un piso y no en un hotel como supuse. Me informó de que tenía un baño propio, señalándome la puerta al lado de la cama. Tenía curiosidad de recorrer el lugar pero ahora estaba agotada.
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Lo que me despertó a la mañana siguiente fueron los pasos de gente en el piso de arriba. Me desperecé y estiré la cabeza para poder saber que hora era, puesto que alguien había bajado las persianas. Probablemente para que el sol no me despertara.
Eran ya pasadas las 11 asi que me levanté, me duché y me puse unos vaqueros, los converse y una camiseta de manga corta.
Salí de mi habitación y me dejé guiar por un agradable olor a tostadas y sadwiches recién hechos. Llegué a una cocina-comedor muy bien decorada y equipada, con un sofá una televisión y una mesa, en ella estaba sentada Isa con unas toatadas y un vaso de..mm.. sangre en frente de ella. Hice una mueca mental, pero rapidamente me reprendí a mi misma, para ella era como zumo o algo así asi que no tenía derecho a ser despectiva.
Pedro estava de pié haciendose un bocata de... ¡cinco pisos! Abrí mucho los ojos mientras miraba como lo ponía en unplato y se disponía a comérselo. ¡Dios! ¡Menudas ganas de tragarse todo eso nada más levantarse! Yo no sería capaz.
-Buenos días- saludó Isabel.
-Buenos días, dormilona- sijo él al mismo tiempo.-Ya pensaba que iba a tener que ir a despertarte. El vuelo sale a las 12, así que tienes unos 10 minutos para desayunar, después iremos al aeropuerto a coger el vuelo que nos llevará a Roma.
-Vale.
-Te he dejado dos tostadas por si quieres untarlas con algo. Ah, y hay jugo de naranja en la nevera.
-Gracias, ¿hay mantequilla?- pregunté mientras cogía mis tostadas y un vaso de juego.
-La tengo yo-dijo Isabel- ahora acabo y te la dejo.
Me senté junto a ellos y esperé a que terminase Isabel. Mientras me dedicque a ver como pedro se deboraba su sandwich.
-¿De verdad te vas a comer todo eso?- pregunté yo, aún sin creémelo.
-Claro, y esto no es nada. Normalment eocmo dos o tres como este.
-¡Venga ya! ¿Me estás tomando el pelo?
-No Fany, para nada. Los hombres lobo comemos el doble o el triple que un humano normal.
Ah, eso lo explicaba, ya decía yo que esa era demasiada comida, se me había pasado el pequeño detalle de que era un hombre lobo... ups!
-Si, el pequeño perrito necesita mucha comida- se burló Isa.
Él se limtó a ignorarla y engullir su bocadillo.
Cuando acabamos fui a recoger mi maleta y ellos hicieron lo mismo. Cuando los vi esperando en la puerta no pude hacer otra cosa que soltar una pequeña carcajada. ¿El por que? Mi ropa, a pesar de que la compré apresuradamente, ocupaba bien el espacio de la maleta mediana. Bueno, la de Isabel era una grande y además llevaba una pequeñita (las dos a punto de explotar de tanta carga que tenían) y a que no adivinan lo que llevaba Pedro... ¡Solo una mochila al hombro!
La situación era cómica. Nosotras, como buen ejemplo del sexo femenino, llevando toda la ropa que podemos y él con casi nada.
Bajamos hasta la planta cero y allí nos aguardaban David y sus "guardaespaldas". Fuimos hasta el aeropuerto en coche y allí cogimos un vuelo privado. Mientras miraba desaparecer la Ciudad de Madrid por la ventana me quedé dormida. Mi último pensamiento fue: bueno, aquí empieza otra aventura.